Ronald Alcázar marcó el teléfono de su hermano mayor. Anthony contestó y escuchó la voz eléctrica de Ronald con emoción: "¡Lo logré, lo logré. Aguantó el taco!".

Fue un momento enorme en la búsqueda de los hermanos Alcázar por convertirse en socios. Todo su sueño dependía de que Ronald inventara un nuevo tipo de tortilla. Debía ser radicalmente más baja en carbohidratos que las tortillas de harina convencionales sin dejar de ser sabrosa. Y tenía que ser lo suficientemente resistente y flexible como para sostener los ingredientes de un taco, incluso cuando se pliega y se levanta del plato.

Anthony y Ronald junto a los palés de sus tortillas envasadas.

Mientras crecían en el sur de California (EE.UU.), Ronald y Anthony tenían cada uno un platillo favorito entre las especialidades de su madre. Ambos incluían tortillas. Flautas con pollo y un poco de crema para Ronald. Tacos para Anthony, sobre todo cuando su mamá tenía tiempo de asar la carne al aire libre.

Años más tarde, la mala experiencia en una comida de restaurante, animó a los hermanos a concebir su idea de negocio. Estaban en Los Ángeles, justo en el barrio donde ambos se habían graduado de la UCLA: Anthony en 2006 y Ronald en 2012. "Solíamos ir a este lugar en Westwood. Entonces fuimos y agarramos de ocho a diez tacos cada uno, felices y deliciosos. Pero después sientes la culpa post-taco: "Oh, Dios. ¿Cuántos carbohidratos? Mi estómago está hinchado". Y ahí fue cuando surgió la idea. Le pregunté a Ron: "No sería genial que pudiéramos hacer más saludable la comida mexicana?”, recuerda Anthony.

Ronald hace tortillas en su cocina.

Así nació la búsqueda para crear Mr. Tortilla. Años de pruebas y errores en la cocina culminaron en el triunfo del día en que Ronald telefoneó a Anthony para gritar: "¡Lo logré, lo logré!".

Pero todavía quedaba mucho más por hacer. Con el problema de la receta resuelto, aparecieron otros retos. "Siento que todo empresario latino está luchando al ser relativamente nuevo en comparación con otros negocios establecidos", explica Ronald.

"Necesitábamos que alguien nos guiara porque no teníamos esa experiencia en la industria alimentaria. Pero ¿sabes quién sí? Nuestro papá. Así que acudimos a él. Su orientación y enseñanzas han sido fantásticas", agrega Anthony.

Con décadas de experiencia en consultoría en las industrias de hospitalidad, bocadillos, especias, y panadería, Tony Alcázar padre ayudó a sus hijos a navegar entre realidades que al principio los impactaron.

Una pila de viejas fotos familiares.

"Algo que no anticipamos fue lo difícil que es entrar a los supermercados", dice Anthony. "Tuvimos que ir y tocar mil puertas y encontrar puertas cerradas, cerradas, cerradas, cerradas, cerradas. Mucho del espacio en la estantería es propiedad de o está asignado a los grandes, a las grandes marcas. Y así, incluso si nos integrábamos, obtendríamos el estante más bajo, donde el producto no se ve".

Entonces pasaron a vender directamente a los dueños de restaurantes, quienes acogieron los productos de Mr. Tortilla como una forma de agregar a sus menús una alternativa saludable. Pero luego llegó el COVID-19, devastó la industria gastronómica y convirtió el importante flujo de ingresos de Ronald y Anthony en unas cuantas gotas.

Anthony sacude la cabeza, al recordar lo mucho que le costó hacerse a la idea que le propuso Ronald: "Amazon, Amazon, comercio electrónico, Amazon". En la universidad, Ronald había hecho dinero en Amazon vendiendo principalmente videojuegos clásicos y coleccionables. Por eso sabía que, si se convertían en socios de Amazon y montaban su propia tienda de Mr. Tortilla en el sitio, podrían resolver sus problemas.

Primer plano de las manos de una mujer que va con guantes transparentes y agarra tortillas. Va vestida con un delantal azul y una camisa azul oscuro. Está de pie delante una mesa metálica y unas bolsas de plástico transparente.
Mr. Tortilla products are packaged and ready to be shipped.
Una mesa con un plato principal en el que come un hombre que solo se le ven las manos y tiene un reloj en el brazo izquierdo y va con un polo azul oscuro de manga corta. Alrededor del plato principal hay tres platos con relleno para las fajitas. El hombre está con una fajita en la mano derecha. Un hombre desenfocado aparece en el margen interior izquierdo de la foto.

"Amazon brinda a todos la misma oportunidad de lucha", reconoce Anthony, quien ahora es testigo de los buenos resultados que tuvo la idea de su hermano menor. "¡Somos el número uno en Amazon ahora mismo, y somos una empresa pequeña!. El motivo por el que pudimos llegar al número uno fue a través del marketing digital, siendo creativos y manteniendo a los clientes encantados con nuestro producto, lo que propició que dejaran excelentes opiniones. Y eso es algo por lo que estamos muy agradecidos con Amazon".

También reconoce que Amazon los ayudó, tanto a ellos como a sus clientes, al lograr que las tortillas estuvieran disponibles durante la pandemia, cuando más se necesitaban. Por eso, rápidamente se hicieron populares. "Pasamos algún tiempo en redes sociales interactuando con la comunidad keto y tuvimos la impresión de que todos anhelaban algo similar a nuestra tortilla. La respuesta de la comunidad fue increíble cuando empezamos por primera vez durante la pandemia, sobre todo porque nuestras tortillas hacían más sencillo comer pocos carbohidratos durante un periodo tan desafiante. Y las personas con diabetes pudieron comer tacos mientras mantenían estables sus niveles de glucosa", explica.

Un letrero de Mr. Tortilla cuelga sobre la puerta de un almacén.

De manera consistente, las ventas mensuales de Mr. Tortilla en Amazon duplican las de hace un año y la fuerza laboral se ha triplicado durante la pandemia para mantenerse al día con la demanda de los clientes.

Los hermanos comparten su éxito a través de un compromiso de donar el 10 % de los beneficios netos de Mr. Tortilla a organizaciones benéficas y otro 10 % al reparto de beneficios de los empleados. "A través de nuestro éxito, queremos que otras empresas puedan emular eso y ojalá cambien la cultura para estar más centradas en torno a la humanidad y la comunidad", concluye Ronald.